Omaka, la pasión alada de Peter Jackson

Para todos aquellos que se han preguntado alguna vez qué hizo el realizador neozelandés Peter Jackson con toda la pasta que le reportó la trilogía de 'El señor de los anillos', la respuesta puede sorprender a unos y decepcionar o dejar indiferentes a otros, pero a mí, siemplemente ME FASCINA...

El señor Jackson no ha tenido mejor idea que dedicar un museo como no hay otro en el mundo a una de sus (y mis) grandes pasiones, la aviación militar, pero con una importante salvedad: está exclusivamente dedicado a aeronaves, pilotos y demás soldados que combatieron en la Primera Guerra Mundial, cuando los aviones eran sacos de cuerdas, riostras, tela y madera y casi tenían más peligro para los pilotos las traicioneras turbulencias que las propias balas del enemigo.

Situado en la ciudad noeozelandesa de Marlborough próximo a un amplio aerodromo, el Omaka Aviation Heritage Centre "despegó" definitivamente el 8 de diciembre (buena fecha esa, el día de mi santo) de 2006. Culminaban así diez años de arduo trabajo por parte de los aficionados a la aviación clásica de la comarca. En Omaka, Jackson ha reunido una gran cantidad de aviones originales y de réplicas de otros imposibles de adquirir, algunas de ellas todavía con capacidad de volar y de protagonizar exhibiciones y combates aéreos, para deleite del público que acude regularmente a los importantes 'shows' aeronáuticos que se celebran regularmente en las instalaciones del centro, que ya cuenta con cinco hangares. En estas demostraciones también participan aviones de la Segunda Guerra Mundial y de las actuales Fuerzas Aéreas de Nueva Zelanda.

Lo cautivador de este museo no son ni la riqueza de las piezas y aviones que atesora ni sus inigualables festivales aéreos, sino los dioramas a escala natural con los que Jackson y el grupo de expertos del museo, respaldado por los mejores especialistas en dirección artística, vestuario, iluminación, fotografía y efectos especiales procedentes del cine han recreado famosas escenas relacionadas con la historia de la aviación durante la Gran Guerra. Entre estas, no podían faltar dos de las más impactantes...el triplano Fokker D.R. 1 estrellado de Manfred von Richtofen, el legandario 'Barón Rojo', tras ser derribado por soldados autralianos (foto 3, pinchad sobre ella) y uno de los primeros enfrentamientos armados entre aviones de todos los tiempos, el duelo entre un biplaza de reconocimiento alemán Etrich Taube, cuyo observador repele espectacularmente a tiros de rifle (al comienzo de la Guerra los aviones todavía no llevaban instaladas ametralladoras y se defendían con lo que podían, a tiros de pistola e incluso arrojándose piedras o ladrillos los unos a los otros) al B.E. 2C británico que le acosa desde atrás para derribarlo (fotos 4 y 5).

Entre las piezas de incalculable valor propiedad de Jackson que acoge el museo está también la misma bufanda blanca original que llevaba al cuello el mencionado Barón Rojo cuando fue derribado en su triplano, y que porta al cuello el piloto que vuela en una réplica del avión de Richtofen (foto 6). También emociona, y mucho, ver echar a volar las réplicas de eso dos aviones tan peculiares como son los De Havilland DH2 y DH5.

Además de exhibiciones aéreas, también hay otras relacionadas con la Primera y la Segunda Guerras Mundiales protagonizadas por destacados grupos de reconstrucción histórica, en las que han llegado a aparecer con un imponente y ruidoso tanque británico Mark I también veterano de la Gran Guerra. En definitiva, una gozada para cualquier amante de la aviación que, para muchos expertos en museos a nivel internacional, es, sin discusión, el mejor del mundo en su género hoy por hoy .

¡¡¡QUÉ GOZADA!!!!