jueves, 10 de agosto de 2017

HOY ES 10 DE AGOSTO. EL DÍA DE LA INFAMIA…Y DE LOS HÉROES…







Parece que el verano va de ilustres guardias suizas. Cada vez que llega esta fecha siempre me sucede lo mismo, que me acuerdo, con un punto de acre amargura, de la impresionante obra maestra que es 'La Marsellesa' (foto 6), del no menos genial Jean Renoir... una peli tendenciosa en lo ideológico, rodada a mayor gloria del Frente Popular francés y sus postulados republicanos, pero que no por ello deja de ser una magistral obra de arte....

Entre los muchos momentos espléndidos que atesora, como es el de la adopción de la canción militar que da nombre al ardoroso himno de la Francia surgida de la Revolución, a mí, el que más me conmueve es el momento en que las turbas populares descontroladas, manipuladas por los principales líderes revolucionarios, y apoyadas por las milicias y otras tropas, asaltan el Palacio de las Tullerías el 10 de agosto de 1792 a la caza y captura de la Familia Real...

En estos enlaces que os pongo se ve cómo los nobles cantan emocionados como leales súbditos ante el Rey conscientes de que van a sacrificar sus vidas por protegerle. En total, eran unos 200 los congregados en Palacio. Impactante también cuando el soberano está pasando revista a las tropas en el patio de palacio y la Guardia Nacional comienza a gritarle a la cara "¡Viva la Nación!", lo que desconcierta y abate aún más al monarca, que decide huir atemorizado con su familia a la Asamblea Nacional, consciente de que le espera la abdicación y el destronamiento...

http://www.youtube.com/watch?v=7ckedzk_Im0

http://www.youtube.com/watch?v=QSJ3RDNmKp8

http://www.youtube.com/watch?v=edR_m2pE-xk

(sin duda, la influencia de 'Octubre' de Eisestein es palpable en la toma de las Tullerías renoiriana...)
En ese momento, irrumpen las tropas de la Comuna, encabezados por los voluntarios marselleses, que hicieron inmortal en esos días su himno de batalla, tomado del ejército francés del Rihn. Masas armadas a las que se suma la traidora Guardia Nacional... lo único que puede entonces detenerles en su intento de capturar y vejar a la familia real y el Palacio es la fiel Guardia Suiza, unos 950 hombres que inicialmente no querían combatir si no era cuestión de vida o muerte...

Finalmente, se intercambian disparos y la Guardia Suiza y los nobles cargan contra un enemigo muy superior, que además cuenta con muchos cañones por ninguno de los defensores... Las milicias populares, que no son rival para los curtidos mercenarios, huyen despavoridas, hasta que su gran superioridad numérica y la escasez de municiones provocan la retirada de los helvéticos de vuelta a Palacio... allí, atrincherados soportan el asalto y se niegan, con un acentazo tremendo (un guiño del director a su condición de mercenarios extranjeros de origen ‘germánico’), a rendirse, [aunque algunos, a los que se les pide en alemán, aceptan], por que "los suizos nunca entregan sus armas", tal y como refleja la película, conscientes del tétrico final que les espera...

Los supervivientes logran alcanzar los jardines y son masacrados, y, en muchos casos, despedazados... El recuerdo de la foto 3, la impresionante ilustración de Chris Warner para el apasionante libro de uniformes de Philip Haythornthwaite (foto 4) siempre me ha acompañado desde mi adolescencia: un harapiento sans culotte atraviesa, con una rústica pica artesana afilada a mano, la espalda de un guardia suizo, al que revienta, mientras intentaba defenderse de otros atacantes durante el asalto al Palacio.

Unos trescientos guardas, siguiendo órdenes escritas del Rey, deponen las armas y se rinden sólo para ser asesinados vilmente, ahorcados y también brutalmente desmembrados y despedazados... y sus cabezas clavadas en picas... destino que sufrieron muchos de los inocentes trabajadores del Palacio de toda edad y condición... por no hablar de las aberraciones de todo tipo que sufrieron, violados analmente con estacas, descuartizados... menos de 100 bravos guardias sobrevivieron... más afortunados fueron los aristócratas, de los que la mayoría escaparon disfrazados como revolucionarios...

Aquel 10 de agosto de 1792, 760 guardias y 26 oficiales entregaron su vida...

Tan trágicos acontecimientos, marcaron el fin definitivo de Luis XVI y su familia, irremisiblemente encaminados al cadalso tras él brutal exterminio de las últimas fuerzas que les eran leales...
Existe un conocido cuadro del asalto, obra de Jean Duplessis-Bertaux (foto 5), en el que se puede contemplar a los guardias suizos, en la misma librea roja y blanca que constituye los colores de la actual bandera de la Confederación Helvética, disparando desde los balcones de palacio contra las tropas de la Comuna que los fríen a cañonazos...

En homenaje al bravo coraje demostrado ese día, uno de los supervivientes que se salvó de la matanza por estar ese día de vacaciones en Lucerna, el oficial Karl von Pfyffer Altishofen, que había ingresado en el regimiento gracias a su tío, uno de los oficiales asesinados, pagó en 1818 la maravillosa estatua tallada en la roca del león moribundo, simbólicamente ensartado también por un trozo de pica, obra del afamado escultor danés Bertel Thorvaldsen, uno de los padres del neoclasicismo y de la recuperación de las pautas del arte clásico grecorromano. El monumento,  inaugurado en 1821 en Lucerna, fue considerado en su día por Mark Twain "el trozo de piedra más triste, conmovedor y contundente del mundo'... 

Hubo que esperar hasta que el dominio francés sobre Suiza dejó de ser una realidad en 1814, pues Napoleón habría sido implacable contra quienes cuestionasen la legitimidad y los logros de una Revolución a la que debía su condición de emperador...

Un monumento que sobrecoge por su gran tamaño (sólo el león mide 9 metros de largo) y cuya apasionante y emotiva historia la cuenta, con pelos y señales, este enlace... http://arkivet.thorvaldsensmuseum.dk/articles/dying-lion-the-lucerne-lion

Qué dos colosales maravillas, este sin par homenaje al coraje, y 'La Marsellesa' de Renoir... Y qué infame capítulo de la Revolución Francesa