miércoles, 22 de agosto de 2018

El criminal Félix Dzerzhinski y los tres rostros de la Revolución Bolchevique



Dado que el pasado mes de julio (el día 17) se cumplió el centenario del brutal asesinato en Ekaterimburgo de la familia imperial Romanov, además de Anna Demidova, institutriz y dama de compañía; el doctor Botkin; Ivan Kraritonov, cocinero imperial; y el mayordomo Alexei Trupp, no está de más recordar en uno de los principales protagonistas de aquellos turbulentos días, las consecuencias y efectos que genera la Historia en quienes la protagonizan.

Tomemos por ejemplo las tres fichas policiales del aristócrata polaco convertido en extremista revolucionario bolchevique Félix Dzerzhinski, cabeza pensante y ejecutante de ese sanguinario aparato del terror que fue la Checa (en realidad se pronunciaría Cheká, pero así ha quedado instituido el término en nuestra lengua desde su uso habitual en la Guerra Civil Española, de infame recuerdo; abreviatura de Chrezvycháinaya Komíssiya, 'Comisión Extraordinaria')...

La primera foto se corresponde con un Dzerzhinski joven y robusto, que aún no ha visto desaparecer su recia cabellera y cuyo gesto serio y marmóreo refleja las convicciones de quien se resiste a claudicar de sus posiciones. Había sido detenido por primera vez en 1905, cuando acudió desde su exilio alemán a participar de la Revolución de 1905, espoleada por la inesperada y catastrófica derrota de la armada y el ejército zarista en la Guerra Ruso-Japonesa, y permaneció preso hasta 1912.

Poco después de salir de la cárcel, reanudó sus actividades subversivas, y volvió a ser ingresado en prisión, pero ya era otro hombre en lo físico y espiritual, más enjuto, con una mirada distendida ante lo habitual que se había vuelto para él su vida de recluso político...y con un aire de cierta altivez que denota su condición de líder entre los reos que comparten su destino durante los compases iniciales de una Primera Guerra Mundial cuyos contendientes están convencidos que será un conflicto rápido y victorioso de apenas unos meses... Así lo vemos en la segunda fotografía...

Pero si hay una imagen de las tres que verdaderamente estremece, ésa es la del año 1916...

La Rusia zarista está al borde del colapso, los bolcheviques siembran la disensión entre las tropas que se amotinan y desertan en masa y el pueblo ruso, exangüe ante tantos sacrificios y penurias, no puede más... La sonrisa burlona de Dzerzhinski hacia sus carceleros no tiene nada que envidiar a la del Joker antes de cometer sus fechorías... Sabe que los días de sus captores están contados, que es cuestión de semanas que se derrumbe estrepitosamente todo el entramado político y social que lo mantiene encerrado.

Y él quiere que todos y cada uno de ellos sean conscientes del destino que les espera... Que de verdugos pasarán a víctimas; de agentes del orden, a desgraciados parias luchando por sobrevivir en los gulags de Siberia, si es que no tienen el inmenso privilegio de ser fusilados a las primeras de cambio, o brutalmente asesinados como el Zar, su familia y su séquito personal...

El rostro del gran agitador y su inquietante mueca sardónica expresan, con estremecedora crudeza, lo mismo que cantan henchidos de euforia los jóvenes nazis al final de 'Cabaret'... que "el mañana les pertenece'... Pinchad el enlace

https://www.youtube.com/watch?v=oGNsLD9hW1Y

¡Ay, de los vencidos! ¡VAE VICTIS!....