Hasta siempre, Judáh Ben-Hur

La vida es una sucesión continua de alegrías y penas. Recién llegaba esta tarde a mi casa, alborozado por el triunfo del Real Murcia ante el Valencia y el buen rato que habíamos pasado en Nueva Condomina, cuando mi hermano me dio una noticia que cayó sobre mí como un mazazo: ¿Sabes lo de Charlton?

Intuyéndome lo peor, le contesté: ¿Heston..., es que se ha muerto?...Cuando mi hermano asintió con la cabeza, parte de mi mundo se cayó por tierra...El héroe legendario, gran enamorado de ESPAÑA y de sus gentes, nos dejaba para siempre a los 84 años de edad...Tantos y tantos grandes personajes a los que dio vida que forman parte de nuestro común imaginario, desde el rudo dueño de una plantación en Sudamérica de 'Cuando ruge la marabunta', el astronauta perdido de 'El planeta de los simios', 'El Cid' que ganaba batallas después de muerto, el valeroso coronel de los marines que ayudó a las legaciones extranjeras de Pekín a resistir durante 55 días el asedio de los boxers, el fiel capataz de 'Horizontes de grandeza', el Moisés más irrepetible, el jefe de pista de 'El mayor espectáculo del mundo', 'El último hombre vivo' en un mundo apocalíptico, el implacable financiero Jason Colby, el pérfido cardenal Richelieu de 'Los tres mosqueteros' rodada en nuestro país por Richard Lester, el valiente general Gordon que combatió al Mahdi en 'Khartoum', el atribulado policía latino de 'Sed de Mal', 'El señor de la guerra' que se juega vida y fortuna por el amor de una campesina de su feudo o el Buffalo Bill que participó en la puesta en marcha del Pony Express.

Todos ellos era Charlton, a quien no pocos llamaban en nuestro país, curiosamente (o no, visto el despipote nacional para los idiomas), 'Charlon'. Sin embargo, para mí, si he de quedarme con uno de sus personajes, siempre será Judáh Ben-Hur, el príncipe hebreo cuyas azarosas peripecias vitales fueron imaginadas en un vagón de tren por Lew Wallace, aquel gobernador de Nuevo Méjico que se vio forzado a dar caza a su amigo Billy el Niño.

Siendo un niño, 'Ben-Hur' fue la película que más me impresionaba cada vez que la veía, bien en el cine de verano o en Semana Santa, dentro de esos tradicionales ciclos de cine religioso hoy desaparecidos que se programaban hace años. Lo que más me impactaba era la forma tan elegante de mostrar al personaje de Jesucristo, al que nunca se le ve el rostro en toda la película. Los pelos se me ponen de punta AÚN HOY con esa escena en que un sediento Judáh, encadenado a una cuerda de reos, ve cómo un desconocido le da agua y sacia su sed, desafiando toda prohibición de los vigilantes romanos...inolvidable momento cuya imagen reproduce la primera foto del post...¡Cuánto de mi fe cristiana se debe a momentos tan emocionantes como ese vividos gracias al cine...!

Descansa en paz, Mío Cid