lunes, 13 de noviembre de 2017
El inventor del helicóptero, otra desafortunada víctima del Desembarco de Normandía...
Hoy se cumplen 110 años del que está considerado el primer vuelo de un 'helicóptero', aunque convendría hablar más de 'salto', por ser justos. La palabra hélicoptère fue acuñada en 1863 por el pionero de la aviación Gustave de Ponton d'Amecourt, a partir de la unión de dos palabras griegas: helix (hélice) y pteron (ala), por lo que parecía una cuestión de justicia histórica que el protagonista de tal hazaña fuera también francés. Paul Cornu, un ingenioso fabricante de bicicletas y ciclomotores, creó en su taller familiar el 'Helicoplano', un vehículo impulsado por unos rotores de palas movido por un motor de 24 caballos, donde queda más que evidente la profesión del inventor, a la vista de los materiales empleados, y cuya ligereza se reflejaba en sus escasos 250 kg de peso.
La mañana del 13 de noviembre de 1907, en Lisieux, localidad del departamento de Calvados famosa en el mundo entero por otro de sus más ilustres vecinos, Santa Teresita del Niño Jesús, el artilugio de Cornu alzó el vuelo durante unos 20 segundos y a una altura del apenas 30 cm; esa misma tarde repitió el vuelo, con su hermano a bordo como pasajero, alcanzando casi dos metros de altura, a pesar de levantar un peso de 358 kilos en total.
Siguieron otros vuelos en solitario, con resultados casi idénticos. Cornu fue consciente de que, a pesar del avance que suponía el primer despegue del suelo en vertical, su máquina, difícil de controlar y sin muchas posibilidades de mejora en su diseño, no tenía demasiado futuro.
La falta de financiación y de apoyo oficial hicieron el resto, forzando a Cornu a abandonar definitivamente su sueño. Tras la Primera Guerra Mundial, pasó a interesarse por los entonces novedosos aparatos de Telegrafía Sin Hilos, hoy vulgarmente conocidos como receptores de radio. También probó con la política, siendo elegido miembro del Consejo municipal.
Pese a todo, el bueno de Cornu parecía estar predestinado a perder la vida a causa de la aviación, aunque no de la forma que él hubiera imaginado. Fue uno de los más de 700 muertos causados en Lisieux -incluidos 21 de los monjes benedictinos que allí vivían- por los bombardeos aliados del 6 al 7 de junio de 1944 en apoyo al desembarco de Normandía, que destruyeron el 75% de las viviendas de la localidad, pereciendo nuestro inventor sepultado bajo los muros de su casa junto a 9 de sus familiares, mientras que las monjitas carmelitas salvaron su vida refugiadas en la cripta de su abadía, en cuyo altar había hecho la primera comunión Santa Teresita 60 años antes y que quedó totalmente arrasada; allí permanecieron ocultas hasta la llegada de las tropas aliadas).
Al amanecer de tan infausta jornada, 23 bombarderos pesados estadounidenses B-24 Liberator, sin ninguna oposición de caza ni de artillería antiaérea por parte alemana, arrojaron sin ser molestados sobre la indefensa villa 132 bombas M-64 de 500 libras y otras 244 M-31 de 300 libras. Entre los días 5 y 7 de junio, la aviación y la artillería aliada asesinaron de manera involuntaria e indiscriminada a más de 20.000 civiles franceses sólo en el departamento de Calvados, llegando a los 50.000 en las zonas de Normandía aledañas al desembarco y a los puntos de resistencia germanos, creando un gran resentimiento contra los 'libertadores' en los municipios más castigados por esta tormenta de muerte desatada desde el cielo.
La imagen de los infantes británicos que cierra el post, entrando el 22 de agosto en Lisieux por delante de las ruinas de la abadía de las carmelitas, lo dice todo. Pero parece que los crímenes de guerra nunca cuentan para el bando que se ciñe la corona de la victoria...
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
Pobre hombre. Si hubiera sobrevivido a la guerra tal vez hubiera llegado a ver los primeros Sikorsky, que se produjeron en número significativo.
Y quién sabe si mientras aún vivía tuvo la posibilidad de conocer los dos helicópteros desarrollados y utilizados antes de 1944 por los nazis, el ligero Kolibrí y el más pesado Drache...
Publicar un comentario