martes, 11 de febrero de 2014

Cuajada de marfil de elefante, lo mejor para criar británicos sanos y robustos...












Hasta la Segunda Guerra Mundial, no era extraño encontrar en los hogares ingleses 'cuajada de marfil' (ivory rennet junket), un plato que venía de la época victoriana, seguramente gracias a la abundancia de marfil procedente de las colonias africanas y asiáticas del Imperio. Esta singular preparación láctea en cuestión, que según las madres de entonces ayudaba a que los huesos de sus hijos crecieran más fuertes y sanos en una época en que la leche y el calcio no estaban tan alcance de todos como ahora, se preparaba como una cuajada de leche normal, a la que se añadía el polvo procedente de la talla del marfil en talleres que se dedicaban a los trabajos en ese material, desde elementos decorativos a mangos de cuchillos, cubiertos y navajas...

Este polvo de marfil, como resto o desecho industrial, era bastante asequible a las clases trabajadoras, ya que a comienzos del siglo XIX, costaba un 'sixpence' o 'tanner' (6 peniques... la moneda debía su nombre coloquial al orfebre alemán Johann Sigismund Tanner, responsable del diseño de las monedas inglesas de 6 peniques- como la de la foto, dedicada a un Oliverio Cromwell cuya efigie representa como un general romano con la corona de laurel asociada a las victorias militares- a finales del siglo XVIII, poco antes de la guerra de Independencia Americana)...

Además de la 'cuajada de marfil', también era popular en el Reino Unido una receta de mediados del siglo XIX adoptada de la gastronomía china: la gelatina de marfil o 'ivory jelly'. Para prepararla, se ponía a hervir en un cazo media libra de polvo de marfil en tres pintas de agua, hasta reducirse el líquido a la mitad. Entonces, se dejaba enfriar hasta que se conseguía una gelatina. Esa gelatina se ponía a calentar al fuego, y se le añadían el zumo y media piel de un limón, dos o tres clavos y azúcar al gusto... una vez mezclado todo hasta que se disolvía por el calor, se colaba y se dejaba enfriar, lista para dársela a los infantes como postre que reforzaba sus huesos...

En fin, que los españolitos contemporáneos no podemos por menos que alegrarnos de que nuestro exiguo imperio colonial africano apenas produjera colmillos para sustentar una industria de 'harina de marfil' digna de tal nombre...

Otra curiosidad, esta vez asociada al 'tanner' o 'sixpence' es que Brian May, el desmelenado guitarrista de Queen, siempre utiliza una de estas antiguas monedas como púa para tocar la guitarra en sus conciertos, generalmente de las de tiempos del rey Jorge VI... algunas están en Ebay a buen precio, para quienes se animen...


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