Gracias a la generosa invitación de mentes tan cultas y preclaras como las de Athena, Wunderkammer, Nictea y Dammerüng, me incorporo con toda la ilusión (y los más que probables fallos y errores de todo principiante) y ganas que caracterizan a los novatos al prestigioso y disputado concurso cultural 'La Parte por el Todo', en que hay que identificar (al menos en este caso) la obra original, el autor y la sede que la acoge. Si alguien da con la tecla de qué representa, mejor que mejor, pues alberga una historia apasionante. En mi debut, he elegido una pintura muy unida a mí en lo personal y lo académico, como bien sabrán quienes me conocen un poco más a fondo, y que no me parece especialmente difícil de ubicar, aunque tal vez dé más juego del inicialmente esperado... pero es que este tema en conceto, me rechifla por muchas y evidentes razones. Suerte y al toro...
lunes, 4 de enero de 2010
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19 comentarios:
Ha sido una búsqueda difícil... pero, ahí va:
La muerte del general Wolfe, de Benjamin West (1771), National Gallery of Canada, Ottawa
Encantada de que participes con nosotras :)
Siento haber llegado tarde a tu debut ^^
Nictea, siento no haber esperado un poquito más... pero teniendo tan duras y talentosas rivales había que escribir prontamente la solución.
Sushi, tienes que decirnos por qué es tan especial esta obra para ti, aunque lo imagino. Y lo de la curiosidad de la copia que hizo West para el rey Jorge III.
¡Yo también estoy encantada! :D
Gracias, Nictea... ya me avisaréis de cuando me toca, que no lo tengo muy claro...
y dicho esto... ¡GLORIA A LA VENCEDORA! ¡BRAVO, WUNDERKAMMER!
Efectivamente, es la obra que señalas, y que os pongo ahora completa....
En su composición, inspirada claramente en 'La Piedad' de Miguel Ángel, lo que generó no poca controversia en un país tan protestante como Inglaterra, y que anticipa parcialmente algunos temas y poses del romanticismo pictórico, vemos cómo una variada representación de todas las tropas y cerpos presentes en la Batalla de Quebec, aquel infausto 13 de septiembre de 1759, rodean al moribundo general James Wolfe (herido mortalmente en el pecho-supuestamente por el rifle inglés de un desertor o que fuera capturado por el enemigo- tras haber recibido antes un balazo en la muñeca derecha por parte de un francotirador y un trozo de metralla de un cañonzo en el vientre, habiéndose negado entonces a abandonar el campo de batalla).
Mil historias fascinantes rodean este momento histórico acontecido en las Planicies de Abraham, a las puertas de Quebec...
La batalla pasó a la posteridad no sólo como un gran triunfo contra todo pronóstico que les garantizó a los ingleses el tan ansiado dominio sobre el continente, sino también porque, de una manera casi hollywoodesca, se saldó con la muerte en combate, casi simultánea de los dos carismáticos líderes militares enfrentados, el propio Wolfe y el caballeroso Marqués de Montcalm, que falleció al día siguiente tambén de una manera que recuerda mucho a la de un bravo torero gaditano muy popular y conocido.... Ni Homero lo hubiera dispuesto mejor...
Pero es que el cuadro de West, del que el autor pintó cinco copias apenas 12 años después de los hechos narrados, con lo que conoció de primera mano lo narrado en el mismo, inauguró una nueva época en la pintura histórica europea, al intentar representar de la manera más verosímil, los uniformes y ropajes empleados en campaña (obviando al idealizado indio protagonista del reto, que, salvo por la concesión al 'mito del buen salvaje' en su artificial pose, por la que se le representa descalzo y no luciendo sus cómodos mocasines, y con cara de pensar: "están locos estos romanos -o caras pálidas- que se matan entre sí a cañonazos"...
Fue precisamente eso lo que provocó las iras del rey Jorge III, ya que era común en la época adornar con vestimentas más suntuarias a los protagonistas de semejantes hazañas en los cuadros destinados a la corte, en una especie de admitido convencionalismo anacrónico... por contra, West retrató al general Wolfe tal y como él acudía siempre al campo de batalla, equipado con una simple casaca roja, con un mosquete y una cartuchera la cinto como si de un soldado más se tratara, rompiendo el protocolo de los clasistas oficiales británicos, muchos de ellos nobles o burgueses inmensamente ricachones (Wolfe, hijo de brillante soldado porfesional, no era ni lo uno ni lo otro). Esa sobriedad en el vestir, que era asimismo un magnífico camuflaje que evitaba la tradicional persecución de los francotiradores de la época contra los oficiales enemigos (recuérdese el final de Nelson, muy similar, del que éste resulta profético), causaba malestar entre las altas autoridades.
Y sigo:
Entre las anécdotas del cuadro,señalar la presencia a la izquierda de un ranger, esos expertos rasteadores vestidos al modo indio con sus verdes casacas y tricornios recortados para correr mejor por los bosques, y, a su lado, la de Simon Fraser, el comandante de las tropas escocesas, que yacía herido en el momento del combate, en el que no tomó parte, pero cuyos hombres, con su furiosa carga de highlanders sobre las bisoñas tropas francocanadienses, fueron decisivos en la victoria final... esa misma que anuncia el anónimo personaje de la esquina izquierda, y su ya famoso: "¡Corren!¡Mirad como corren!" ... anticipando la desastrosa huída de las tropas enemigas tras la demoledora descarga de fusilería británica a menos de 50 metros de distancia que decidió la batalla... A lo lejos, una torre, entre el humo de la pólvora negra, es el único testimonio de que se combate a las puertas de la gran fortaleza de Qebec, macachada a cañonazos tras meses de duro asedio, mientras que en el fondo, las tropas británicas, entre las que destacan los coloridos uniformes de los milicianos americanos (la Revolución aún no había prendido en su ánimo, pero fue en esta guerra contra el francés en que se forjaron sus principales líderes militares), izan desde el río San Lorenzo los cañones de las baterías británicas por los empinados acantilados de L'Anse de Foulon, hazaña que los franceses consideraban -erróneamente- un imposible...
Creo que resulta obvio suponer que lloré emocionado ante la contemplación, a escasos centímetros, de un cuadro tan presente en mi vida desde mi adolescencia ...
A todo esto llego siempre tarde... aunque me da que no la habría encontrado ni de coña.
Grandísima la descripción don Mariano... y enhorabuena a la vencedora.
Saludos!
PD. Algún día llegaré a tiempo... algún día, ganaré.
Qué rapidez, con estas mentes tan veloces... La próxima vez a ver si tenemos más suerte las demás :) Está muy bien para empezar, y qué decir de la explicación posterior... Muy trabajado para ser la primera, ¡enhorabuena!
¡Cuántos ricos matices que tiene el cuadro! Me gusta mucho ese indio pensador que es el que me dio la clave.
Pues a lo mejor no sería mala idea que todos los lunes que nos acordemos pongamos una "parte por el todo" en nuestros blogs. O lo mismo es muy lioso.. ¿Qué pensáis? A ver qué nos dice nuestra querida Athena que es el nexo de unión entre todos. Al fin y al cabo Athena/Nictea/Dammerüng o viceversa fueron las creadoras...
Wunderk, estuve tentado de poner a los dos granderos del a esquina derecha, con su aturullado desmelene por el amanecer de esa desapacible mañana y la mitra en el suelo como signo de abatimiento y desesperación... pero no podía traicionar a mis naciones indias... va en contra de mi naturaleza... jejeje...
Gracias por todos elogio s y parabienes... intentaré estar a la altura en las siguientes... me mola lo de intentar darle a cada lunes ese matiz entre investigador y cultural... lo que disfruta uno y cuánto se aprende...
Totalmente fuera de juego.
Ya me extrañaba a mi, que el texto fuera tan breve, socio. Lo has arreglado con los comentarios.
Un abrazo. VOL.
Ya sabes, VOL, que por algún lado tengo que expansionarme o no soy yo, jajaja... Un fuerte abrazo
Madre mía, yo sí que he llegado tarde. Sorry, pero no sé ni en qué día de la semana vivo :P
Expansionate a gusto, pijo. Por cierto, Feliz cumpleaños, socio.
Un abrazo. VOL
Gracias, crack!!! Preparo un post que sé que te gustará... un fuerte abrazo...
Una historia interesantísima. emocionarse antes una obra de arte es maravilloso.
¡Ah, Por cierto! Aquí dejo un enlace a mi última entrada, dedicada a aclarar cuestiones sobre la Parte por el todo jaja
Espero que lleguemos a un acuerdo ;)
http://enbuscadepieria.blogspot.com/
A mí también me gusta mucho esta pintura. Por cierto, hay una versión anterior de este hecho que se debe al pincel de George Romney en 1762. Incluso hay un libro canadiense sobre la figura del general Wolfe en el arte deciochesco:
Alan McNairn, Behold the hero: General Wolfe and the arts in the eighteenth century, MacGill-Queen's University Press, 1997.
Gracias por la recomendación, señor Conde!!!! Un cordial saludo
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