viernes, 21 de abril de 2017

¡Feliz cumpleaños, Roma; Ciudad Eterna!








Hoy hace 2.770 años que Rómulo, nacido junto con su hermano gemelo Remo del vientre de Rea Silva, a su vez hija del rey latino de Alba Longa, trazó sobre una colina de unos 40 metros de altura junto al río Tíber, entonces coronada de árboles y arbustos, los límites de lo que habría de ser su hogar, un conjunto de cabañas con estructura de madera, paredes de mimbre trenzado recubierto de barro y techumbre de paja, protegidas cada una con un pequeño murete alrededor de cada vivienda... el conjunto se completaba con algunos silos y pozos. Esta primera colina poblada de las siete que había en el lugar, recibiría el nombre de Palatino, por albergar el primer 'palacio' de la ciudad que habría de nacer de la posterior unión de los asentamientos de las siete colinas vecinas entre sí.

Rómulo habría elegido esa colina precisamente y no el resto porque, según la leyenda, a sus pies se encontraba la cueva donde él y su hermano habrían sidos amamantados por la loba Luperca tras ser arrojados en una cesta al río por el sicario que debía matarlos y que no quiso manchar sus manos de sangre inocente -queda claro que Moisés y Blancanieves tienen más en común de lo que parece con esta fraternal pareja- , dado su origen bastardo (aunque en este caso su padre fuera el belicoso dios Marte) dado que su madre era una virgen vestal que habría renunciado a su vitalicio voto de castidad tras ser seducida por su divino amante.

Ambos niños fueron rescatados de los generosos y peludos pechos de Luperca por el matrimonio de porqueros Faustolo y Acca Larenzia, quienes, tras criar a los niños, les revelaron su noble origen una vez ya en edad adolescente. Posiblemente el episodio mitifique la entrega a la pareja de padres adoptivos de los críos por parte de alguna prostituta que viviera por los alrededores, ya que, en la tradición romana clásica, 'loba' era el término habitual con el que se nombraba a las profesionales del sexo. En su papel de nodriza de los gemelos, Luperca contó con la ayuda de un pájaro carpintero, al que la Historia, desagradecida, no suele recordar...

El hecho es que Rómulo, tal y como mandaban los cánones y establecían los estrictos ritos de la tradición, habría trazado los límites de su asentamiento con un arado tirado por una vaca y un toro blanco. Nacía así la primera 'urbe' como tal, ya que 'urvus' significa surco en lengua latina arcaica. Un límite que, aunque aún no tenía construido sobre sí una muralla que impidiera el paso, simbolizaba la prohibición de vulnerarlo bajo pena de muerte.

Parece que Remo, disconforme con el excesivo protagonismo que estaba adquiriendo su hermano o con los límites trazados, traspasó de manera desafiante el contorno recién labrado por la reja del arado y Rómulo lo despachó con su espada de bronce o de hierro... pues tal era el compromiso adquirido ante los dioses... nadie podía vulnerar ese perímetro sin quedar impune, y la muerte de Remo demostraba que no había distinciones por motivos de sangre ni de posición social...

Hasta ahí la leyenda... Y el inicio de una historia que aún perdura 28 siglos después...

2 comentarios:

Conde de Salisbury dijo...

Feliz cumpleaños Roma. Siempre me ha parecido curiosa la gran diferencia de la historia de los hermanos con respecto a los bíblicos Caín y Abel. En Roma el homicida es el que pasa a la posteridad como el "bueno".

sushi de anguila dijo...

Rómulo cumple la ley, sin excepciones, dando ejemplo, ni su hermano se libra... en realidad, una excusa para despejar el camino a su prole y que su gemelo no pueda disputarle el poder, ni a él ni a su descendencia...