Sufriendo el síndrome de R2 a bordo del caza X-Wing de Renterowalker

Lo de ser una figura mediática gracias a la bondadosa generosidad de mi amiga Lola Grace es que te permite vivir experiencias de lo más intergaláctico. El pasado viernes a la vesprada, acababa yo de terminar mi colaboración en ese superprogramazo cultural de La Opinión TV que es 'Black Coffee' http://lola-gracia.blogspot.com/2008/11/la-opinin-tv-estrena-black-coffee.html cuando la gentil creadora, presentadora y factótum máxima del espacio se ofreció a convidarnos a unas cerves por lo redonda que había quedado nuestra primera emisión (que no lo digo yo solo...que las cartas de felicitación ocupan ya tres peceras de ésas en las que metían las postales de los sorteos en los antiguos concursos de la tele...)... Por suerte para su bolsillo y solaz de mi espirítu, había quedado yo en la Trituradora Humana modelo 609 con una más que fascinante y encantadora representante del género femenino para hablarle de las más memorables composiciones maltesas de ópera y los mejores platillos de la cocina ecuatoguineana. Semejante propósito culturo-verborréico exigía de un rápido medio de locomoción para sortear en el más breve espacio-tiempo posible la inmensa franja territorial que separa La Opi de la gigantesca Moulinex picapeople.... Cuando la desesperación comenzaba a causar estragos en mi pletórico ánimo de TV-Star de nueva factura, surgió la solución de la manera más inesperada.

Como si de un nuevo Phileas Fogg se tratase, Antonio-Luke Renterowalker, compadre en las lides televisivas, puso a mi disposición su super caza X-Wing (peazo foto la suya, la primera ¿eh?) recién tuneado por la Alianza Rebelde a su versión más moderna, con torpedos de protones de nueva generación capaces de dejar el orinal de Darth Vader del tamaño de una cagarruta de conejo... Tan sólo había una condición que cumplimentar para poder surcar las rúas murcianas a velocidad hiperespacial, y era la de acoplarme como bien pudiera en el repantigante espacio trasero reservado a los androides, ahí mismico donde sienta sus reales posaderas (o monopata metálica, como se prefiera) su gran y entrañable amigo R2-D2... con el que alguna copa (de zarzaparilla él y de aceite lubricante el artu-ditu, aclaro) se toma el Jedi cuando le viene en solfa a los dos...

Renterowalker, todo un prestidigitador en la materia, apretó no se qué resorte oculto y de los metálicos mamparos de su aeronave surgió un casco que ajusté a mi cocorota como mejor pude. De la buena calidad del yelmo da cuenta que, concluido mi viaje unos megasegundos después, mi espuma recolocadora-capilar seguía tan enhiesta y esponjosa como antes de emprender el fugaz periplo. Recorrido sideral a velocidades hiperlumínicas en el que ultrahabilidoso Renterowalker regateaba, gracias a LA FUERZA, autobuses, monovolúmenes, guardias urbanos, camiones, coupés, utilitarios, ciclomotores y señoras con la bolsa de la compra con la misma destreza con la que Messi desborda a sus decrépitos rivales...

Y lo mejor es que todo esto sucedía al ritmo del más rancio [en el mejor sentido] blues sureño que emanaba a todo trapo del salpicadero de la astronave (más propio de un anuncio de Jack Daniels de los años ochenta), mientras yo, muy en mi papel, no paraba de soltar biiiiipp, bbipp, biiiiiiiiiiiiiiiiipp, bip, biiip, biiiiiiooooooiiip a lo R2...Tan metidico como estaba en mi rol de droide antiimperial...

Y es que, cuando unos minutos más tarde comparecía raudo y silvestre ante la preciosa dama que me aguardaba en la trituradora, no pude menos que saludarla con un pedazo de biiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiioooiippppppp, biiiiiiiiiiiiiooooooiiiippppppppp dado el crónico síndrome de R2-D2 que ya se había apoderado de todo mi ser para entonces. Esto de ser androide cazavolador, moooola.......... Gracias por la experiencia interestelar, maestro Renterowalker!!!!!