'Hollywood', la maravilla de Carl Davis que me hizo amar el cine mudo

No creo que haya nadie que estuviera viendo la tele en 1980 y no recuerde con cierta nostalgia y cariño este maravilloso tema de Carl Davis llamado 'Hollywood' http://es.youtube.com/watch?v=ZC_otpD8F_o , sintonía de aquella fantástica serie escrita en 1979 por David Gill y Kevin Brownlow para el Channel Four británico y que rememoraba los inicios y anécdotas del nacimiento del cine (mudo, claro) y sus primeros pasos hasta la llegada del sonido.

Eran años gloriosos en los que el cine clásico era moneda de cambio habitual en Televisión Española, que en eso sí que era bueno el monopolio, y parte importante de su programación. Aún recuerdo con indisimulada emoción cómo se emitían todo tipo de filmes de cine mudo, por supuesto en blanco y negro, desde el 'Napoleón' de Abel Gance a 'Metrópolis' de Fritz Lang. Por aquel entonces, yo mostraba una especial predilección por el show de un divertidísimo Harold Lloyd que emitían cada viernes noche justo antes de empezar el telediario (una feliz idea que ya quisiéramos ver algún día repetida) y siempre nos alegraba la cena.

'Hollywood', narrada por el gran James Mason, constaba de 13 episodios, que hoy se pueden comprar en DVD, y unía a su maravillosa sintonía un guión brillante y unas imágenes fantásticas, tan bien escogidas que te dejaban siempre con ganas de poder ver completas esas películas de las que te hablaban... Gracias a la serie, aprendí a amar la intensa mirada de 'femme fatale' de Clara Bow, la gélida belleza de la Garbo derretida sólo por los besos de un encandilado John Gilbert, el ingenuo encanto de esa Mary Pickford a la que llamaban 'La novia de América', la candidez de Janet Gaynor o el descaro de Gloria Swanson. Descubrí el mejor humor de la mano de Chaplin, Buster Keaton, Lloyd... y cómo una acusación de violación puede hundir tu carrera estando en la cumbre, como le ocurrió al genial Roscoe 'Fatty' Arbuckle.

Me emocioné con peliculones como 'El gran desfile' de King Vidor o sobrevolé en un biplano los campos de batalla de la Pimera Guerra Mundial gracias a 'Alas', el primer film de la historia en ganar el Oscar a la Mejor Película y en el que ya apuntaba maneras de estrella un joven actor llamado Gary Cooper. Sufrí con los dramáticos amoríos y trágicos finales a los que acostumbraba Valentino en sus películas, como en 'Sangre y Arena', y gocé con las piruetas de Douglas Fairbanks Senior, ya fuera como Robin Hood, el Zorro, pirata saltimbanqui o ladrón en Bagdad. Me aterroricé con 'El fantasma de la Ópera' de Lon Chaney o el Mr Hyde interpretado por John Barrymore, abuelo de la incorregible Drew. Me admiré de la manera en que los grandes directores como Griffith, Von Stroheim o Murnau no reparaban en esfuerzos y afrontaban todos los riesgos , como rodar en el desierto en condiciones penosas, con tal de dejarnos obras maestras de la talla de 'El nacimiento de una nación', 'Avaricia' o 'Amanecer'. Aluciné con las superproducciones épicas como 'Intolerancia' o el 'Ben-Hur' protagonizado por Ramón Novarro, que empleaban gigantescos decorados y miles de extras en una época en la que eran impensables los efectos especiales que hoy se emplean. Películas que serían imposibles de rodar en el Hollywood actual...

Por todo ello, cuando en uno de mis viajes a Londres encontré, tras mucho buscarla durante años, la banda sonora de esta maravillosa serie (¡y encima rebajada!), no dudé en comprarme el disco. En sus dos caras contiene, junto a su inolvidable sintonía, fragmentos de las distintas bandas sonoras compuestas para varias películas legendarias, como 'Ben-Hur', 'El maquinista de La General' o las que interpretaba Valentino.

Carl Davis completó su fructífera vinculación con el cine mudo realizando bandas sonoras para otros filmes míticos de la época....entre ellos, una espectacular para 'Intolerancia', seguramente la mejor película de la historia del cine, y no sólo por la magnificencia de sus decorados, que reproducen la magnífica Babilonia soñada por el visionario que fue David Wark Griffith, o sus avances técnicos en el montaje y la fotografía, sino por reflejar como pocas lo mejor y lo peor de la condición humana, a partir de esa inolvidable frase inicial en la que se nos recuerda aquello de que : "La mano que mece la cuna, es la mano que domina el mundo"....