En 1929, dos periodistas europeos, bastante populares en sus respectivos países de origen, España y Bélgica, publican por escrito unas apasionantes crónicas sobre sus vivencias y tribulaciones en la entonces Rusia Roja, el legendario País de los Soviets del que, debido a la censura impuesta por sus autoridades, se contaban tales historias más propias de la obra de Marco Polo, desde los crueles crímenes y asesinatos de los opositores y creyentes de cualquier religión, hasta las loas desde el punto de vista obrero y sindical por los grandes logros de que disfrutaba por aquellos lares la clase trabajadora.
Para revelar la verdad a sus lectores de lo que realmente sucedía tras aquella impenetrable cortina trenzada a base de bayonetas y ametralladoras comunistas, dos prestigiosos diarios de la época decidieron enviar a su reportero más osado y audaz. El redactor jefe del 'Heraldo de Madrid', el sevillano Manuel Chaves Nogales http://manuelchavesnogales.info/index.html, para muchos (entre los que me cuento) uno de los grandes periodistas e intelectuales españoles del siglo XX, se embarca en agosto de 1928 en un viaje en avión por Europa, entonces el medio de transporte más avanzado y reservado para la élite social, que le lleva de Madrid a Bakú, y del Mediterráneo al Caspio, pasando por Berlín y Leningrado.
Tras su vuelta a casa, Chaves tira de notas y amplía el material publicado en el Heraldo, incluyendo las partes que habían sido previamente censuradas, y lo publica en 1929 en forma de libro con el título de 'La vuelta a Europa en avión. Un pequeño burgués en la Rusia roja'. El subtítulo recuerda que más de la mitad de la obra está dedicado a su periplo ruso bajo el régimen bolchevique, en el que aprovechó para entrevistarse con personajes como Ramón Casanellas, uno de los tres asesinos del expresidente Eduardo Dato junto a Pedro Mateu y Luis Nicolau en 1921, y que, a diferencia de sus compañeros, sí pudo escapar a la U.R.S.S., donde inició una prolija carrera como militar y agente de los bolcheviques que le llevó a participar en la guerra civil contra los rusos blancos y realizar labores de inteligencia en favor del Partido Comunista en Hispanoamérica y en España, hasta su muerte en 1933 en un extraño accidente de moto del que todavía se especula sobre su pudo deberse a una expeditiva 'depuración' política.
Buena parte del texto se centra en la descripción desde su avión, (un modernísimo y precioso Junkers F-13, como el de la foto 5, que tuve la suerte de ver en el Museo Alemán de Munich) de los paisajes que va sobrevolando. Muchísimos españoles descubrieron así algo que hoy nos es tan común, y entonces algo tan ignoto como mágico, como era la sensación que uno siente al volar, entonces privilegio de unos poquísimos...Y también tomaron buena nota de las contradicciones del régimen soviético (dentro de lo que le permitieron conocer), con sus acciones en beneficio del proletariado y las arbitrariedades cometidas para llevarlas a cabo... Hoy las podemos conocer de la mano de la estupenda edición publicada en 2012 por los Libros del Asteroide, una de las recientes incorporaciones a mi biblioteca, con esa atractiva cubierta roja tachonada de pequeños Junkers F13...
El otro periodista, en este caso de papel y no de carne y hueso, es el joven corresponsal del diario católico belga 'Le Vingtième Siècle', dirigido por el abate Norbert Wallez, en cuyo suplemento infantil y juvenil llamado 'Le Petit Vingtième', se publicó por entregas la crónica de ese viaje bajo el título 'Tintín en el País de los Soviets', con el ánimo de mostrar a los niños belgas, que leían masivamente la entretenida publicación, plagada de historietas y amenidades, los males propios del ateo régimen marxista de la URSS. Para ello contó con el gran valor e inigualable inteligencia de Tintín y de su parlanchín y travieso perro fox-terrier, Milú... que también sobrevolaron el imperio soviético a bordo de modernos monoplanos de motor en línea, decorados con las escarapelas de la hoz y el martillo...
Al igual que Chaves Nogales, la pareja viaja a Moscú vía Berlín, para hacer un reportaje sobre las políticas instituidas por el presidente comunista Iósif Stalin. Sin embargo, un agente de la policía política secreta soviética, la temida y cruel OGPU o Directorio Político Unificado del Estado, intenta impedir que Tintín relate a los belgas la verdadera faz del autoritarismo soviético, e intentan deshacerse de ellos con todo tipo de emboscadas y trampas, con el mismo éxito que Willie el Coyote con el Correcaminos. Mientras salva su pescuezo y el de su mascota, el avispado reportero irá poco a poco descubriendo los secretos que ocultan los bolcheviques al resto del mundo y cómo estos roban la comida a sus ciudadanos, manipulan las elecciones y asesinan a sus opositores políticos. 'Le Petit Vingtième' publicó las aventuras del joven del mechón, que regresó sano y salvo a casa entre loor de multitudes, del 10 de enero de 1929 al 8 de mayo de 1930, y fueron recopiladas en un ya legendario álbum homónimo publicado en 1930.
La Gran Depresión que desde el 24 de octubre de 1929 sumió al mundo en un lóbrego túnel de desesperación, miseria y hambre, dejó también en un segundo plano las crónicas viajeras de ambos periodistas, el real y el imaginario. Por desgracia, ni Europa, ni tampoco el resto del planeta, eran ya como ambos nos lo habían contado apenas unos meses antes en tan inolvidables crónicas...
No hay comentarios:
Publicar un comentario