Tal vez sea porque los vi, siendo todavía un crío, y ya restransmitido por el maestro Uribarri, ganar el Festival de Eurovisión con su maravilloso 'Waterloo' en 1974, quizás porque siempre flipé con la belleza de sus dos tremebundas cantantes en una época en que lo sueco estaba de moda en la ESPAÑA de la Transición (los nenes de entonces nos criábamos viendo, en la única tele que había, la producción made in Sweden 'Pipi Calzaslargas' y Paco Martínez-Soria, Landa y López Vázquez perseguían nórdicas como posesos en sus casposos filmes), seguramente porque eran buenísimos a la hora de hacer canciones de éxito, posiblemente porque yo sea un nostálgico hortera imposible de redimir, o muy probablemente por una conjunción de todos estos factores, pero siempre presumo con orgullo de que toda la vida me ha encantado la música de ABBA, cuyos discos oía sin parar en cuanto salían al mercado, antes de la triste disolución del grupo en 1982....
Por eso, cuando esta tarde a la hora del post-café, después de tomar el aperitivo con mi gran amiga Alboroque en nuestra entrañable Plaza de las Flores, he oído el 'Dancing Queen' del cuarteto sueco dentro del bar ése con nombre de prefijo telefónico, he sentido como si se me abrieran las carnes y una fuerza centrífuga me arrastrara hasta mi más tierna adolescencia en apenas unos segundos...y no se me han caído los anillos por canturrear a voz en grito este megahit que el grupazo interpretó en la tele de su país el 18 de junio de 1976 (foto 1), la víspera de la boda de su joven rey Carlos Gustavo XVI con la azafata germanobrasileña Sylvia Sommerlath. Una canción dedicada ex profeso a la pareja, y que, paradójicamente, es la copla de todos los tiempos favorita de los australianos, lo que explica fenómenos cinematográficos procedentes de las Antípodas de la talla de 'Las aventuras de Priscilla, reina del desierto' o la genial 'La boda de Muriel', de la que, ¡madre mía, si parece que fue ayer!, aún recuerdo su estreno en los cines Centrofama de Murcia en 1994.
¡Qué gran película la de P. J. Hogan, con una espléndida Tony Collette en el papel de su vida, secundada por la preciosa Rachel Griffiths, como en aquella escena en que, tras cantarles las cuarenta a las pijas de su pueblo, se marcan juntas un inolvidable 'Waterloo' ! Tampoco está nada mal la versión instrumental que de la canción recoge la película.
Pero si grande es 'Dancing Queen', aún lo son más para mí las tres canciones (por orden personal de preferencia) que nos dejó el grupo a modo de testamento/despedida musical...antes de su separación, y que demuestran cómo las dos parejas que lo integraban estaban rotas definitivamente y sólo permanecían unidas por un aspecto artístico...y crematístico, claro....'The Winner Takes It All' (impactante lo de Björn hablando de su cumple en alemán, va por ti, Sweet Conch), 'When All Is Said And Done' y 'One Of Us'.
Este post va dedicado a la gran Alboroque, por su inminente boda con el ya legendario C., en la que fijo va a arder el Monario, por ser tan estupenda amiga y porque a ver si nos pone algo de ABBA en el baile post-casamiento...